ARMANDO MARTINEZ MANRIQUEZ, ¿CARMONIZADO? ¿Y ASI ASPIRA A SER GOBERNADOR?
- El presidente municipal de Altamira, Armando Martínez Manríquez, tiene como aspiración máxima en su vida ser gobernador de Tamaulipas y, en ese objetivo, está echando mano de todas “las estrategias” posibles para que su sueño se haga realidad, aunque para ello viole legislaciones y pise a quien se le ponga enfrente, así sea el jefe político del estado. Simplemente, cosa de observar los hechos.
(22-Septiembre-2025).- Desde hace meses es un secreto a voces que el alcalde de Altamira, Armando Martínez Manríquez, lleva a todos lados sus sueños por ser Gobernador de Tamaulipas, y los comparte con quien lo quiera escuchar, pasándose por el arco del triunfo el respeto al ejercicio del poder de quien gobierna hoy Tamaulipas, y quien apenas va a la mitad de su periodo de gobierno. ¿Lealtad? No, por supuesto que no.
Don Armando no es un político muy hábil, que digamos, sin restarle claro, pero siempre van por delante sus aspiraciones y ambiciones antes de cumplirle a los altamirenses, a sus correligionarios políticos y a sus jefes. Armando primero, después Armando y al final Armando.
Muestra de ello es que en “La Mañanera Número 200” le metió un buen de recursos públicos para promocionar su imagen personal, fiestan ególatra digamos, de cara a lo que vendrá para él, si es que le llegara la candidatura en el 2028, lo que francamente se ve imposible.
Y si bien le va a este folclórico personaje de la política altamirense, a lo mejor y logra ser candidato a diputado local en el 2027, eso sí, si no se sigue peleando con todos, tratando de avasallarnos con que él es el dueño de Altamira, que será gobernador y por ello ha generado confrontaciones que en nada le han ayudado actualmente y menos lo ayudarán en su futuro político.
En el caso de “La Mañanera 200” de Armando Martínez Manríquez, el artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que: “los recursos públicos se administrarán con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez, para cumplir con los fines a los que están destinados; los servidores públicos tienen la obligación de aplicarlos -los recursos- con imparcialidad, y sin influir en la competencia entre partidos políticos; la propaganda gubernamental deberá tener fines exclusivamente informativos, educativos o de orientación social, sin incluir nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de los servidores públicos”. ¿Así o más claro?
Este precepto se ha complementado con la jurisprudencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que ha establecido que para determinar si existe promoción personalizada deben considerarse tres elementos: personal, presencia identificable del servidor público, con nombre, imagen, o voz; objetivo, contenido del mensaje que, en su narrativa o formato, destaque a la persona por encima de la institución; temporal, proximidad con procesos electorales o periodos de precampaña/campaña. (Sentencia SUP-RAP-66/2009; Opinión Consultiva SUP-OP-1/2020).
Asimismo, cuenta la finalidad institucional: si las conferencias se limitan a informar sobre acciones de gobierno, en lenguaje institucional, y se ubican dentro de los fines permitidos (informativos y de orientación social). Porque en este ejercicio del mandamás de Altamira, hay una absoluta promoción personalizada. ¿Para qué? Sólo Armando y sus torpes “asesores de comunicación” lo saben. Bueno, todos lo vemos.
Al referirme a la Mañanera #200, la exposición reiterada del titular como figura central, con presencia protagónica en la transmisión, con anuncios espectaculares y compra de espacios en medios institucionales, puede interpretarse como enaltecimiento de su persona más que de la gestión institucional. ¿Así? ¿A poco no?
Y el uso de primera persona (“yo hice”, “mi gobierno hace”) en lugar de referencias institucionales (“el Ayuntamiento”, “la administración municipal”) refuerza el sesgo personalista.
Y en periodos cercanos a elecciones, se corre el riesgo de que estos actos constituyan una forma de propaganda encubierta, como lo ha advertido el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en precedentes relativos a informes de labores y a la difusión de logros de gobierno (SUP-RAP-120/2018).
Para entender estos “fenómenos políticos” a la vista de la autoridad electoral, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha sostenido que la reiteración de propaganda personalizada genera una ventaja indebida, aun cuando formalmente se presente como información institucional (SUP-RAP-66/2009). También, la autoridad electoral ha señalado que los informes de gobierno son válidos, pero la difusión masiva y continua de los mismos en medios electrónicos puede transgredir el principio de equidad (SUP-RAP-120/2018).
Las “mañaneras” pueden concebirse como un ejercicio de rendición de cuentas y transparencia, compatibles con el artículo 134 constitucional, siempre y cuando que cumplan con las siguientes condiciones: uso de lenguaje institucional y no personalista; evitar la sobreexposición de la figura del titular como protagonista; restringir su difusión en periodos electorales para no alterar la equidad de la contienda; y garantizar que los recursos empleados se destinen exclusivamente a fines informativos y de servicio público.
En caso contrario, existe un alto, altísimo riesgo, de que se configuren como actos de promoción personalizada, lo cual contravendría el espíritu del artículo 134 constitucional y la jurisprudencia aplicable.
Y aunque a Don Armando le molestan e incomodan los comentarios negativos, o que el considere como ataques a su persona, cuando le encantaría ver puras odas a su gobierno, de mantener esa tesitura podría meterse en un berenjenal legal, aunque sienta que su “capacidad y preparación” lo salvan de cualquier escollo, hasta de querer zancadillear a quien hoy detenta el poder en Tamaulipas, adelantándose a los tiempos partidistas y electorales, aunque él comenta “que la silla del 15 bien vale la pena el riesgo”. ¿Será?
Si Don Armando se sigue confrontando con todos en aras de conseguir la candidatura de su partido al Gobierno de Tamaulipas, le podría echar montón y en una de esas sacarlo a patadas de la contienda… por la puerta de atrás.
PD. 1. Y como si no fuera suficiente, una espléndida investigación de Shaila Castillo da cuenta que el Ayuntamiento de Altamira hizo negocios con las empresas de los hermanos Carmona, tema que ya se ubica en la circunscripción federal. Y aunque Don Armando afirme en su defensa que “El presidente Municipal no otorga contratos de arrendamiento de Comapa, y para eso existe la figura de Gerente General de Comapa”, la verdad es que el Gerente de COMAPA de Altamira depende absolutistamente del presidente municipal. Y en el organismo operador del agua altamirense no se mueve una hoja sin que él se entere.
Baste decir que el alcalde no es muy suelto y le gusta conocer en qué se gasta hasta el último centavo del presupuesto municipal. ¿Usted le cree que Armando no sabía? ¡Yo francamente no!
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