Fuente: Expansión – Diana Gante
Ciudad de México (24 de junio de 2025).- El acuerdo voluntario para mantener la gasolina regular por debajo de 24 pesos enfrenta presión ante el alza del petróleo internacional, que encarece importaciones y reduce márgenes para gasolineros.
El acuerdo no vinculante entre el gobierno federal y el sector gasolinero para mantener el precio de la gasolina regular por debajo de los 24 pesos por litro enfrenta su primera prueba de fuego. La reciente escalada de tensiones en Medio Oriente, detonada por ataques entre Israel e Irán, ha impulsado al alza los precios del crudo a nivel internacional y amenaza con romper el frágil equilibrio que sostiene este pacto.
Desde el 13 de junio, cuando Israel lanzó una ofensiva contra instalaciones nucleares iraníes, el precio de la Mezcla Mexicana de Exportación (MEM) ha subido más de siete dólares por barril: pasó de 63.41 a 70.41 dólares. Esta variación no sólo refleja la volatilidad global, sino que también empieza a trasladarse a los costos de los combustibles importados que México necesita para abastecer más de la mitad de su mercado.
Aunque México es exportador de crudo, también es altamente dependiente de los combustibles refinados que compra en el extranjero. Esta dualidad genera un efecto mixto: mayores ingresos por exportaciones para Pemex, pero mayores costos por importaciones para surtir gasolina, diésel y turbosina.
“Aunque para Pemex se puede ver beneficiado por mayores precios internacionales, en el balance es donde pierde”, explicó Gonzalo Monroy, socio director de GMEC. “En promedio exporta unos 500,000 barriles diarios de petróleo y de un tipo de combustóleo para terminar su procesamiento, en suma unos 700,000 barriles; pero en contraste, para cubrir su demanda nacional, compra diariamente un millón 200,000 barriles de combustibles”.
En otras palabras, mientras la cotización del crudo puede favorecer la balanza comercial petrolera en lo inmediato, el aumento en los precios de los refinados puede encarecer significativamente la gasolina que llega a los consumidores, tensionando el acuerdo suscrito a finales de febrero pasado.
Ese pacto fue promovido por el gobierno de Claudia Sheinbaum como un compromiso voluntario con el sector gasolinero para mantener el precio de la gasolina regular por debajo de los 24 pesos por litro durante al menos seis meses. Aunque no es obligatorio, su cumplimiento ha sido visible: la Profeco reportó esta semana un precio promedio de 23.55 pesos por litro.
Monroy señaló que, hasta ahora, los precios se mantienen dentro del rango pactado “de manera natural”, pero advirtió que el margen para sostener esta estabilidad podría agotarse rápidamente si el conflicto escala. Las estaciones de servicio, que operan con márgenes reducidos, podrían ver afectada su rentabilidad si los costos aumentan sin una respuesta fiscal adecuada.
El viernes pasado, la Secretaría de Hacienda determinó que no aplicará estímulos al IEPS para la semana del 21 al 27 de junio. Esto significa que los consumidores pagarán la totalidad del impuesto por cada litro de combustible: 6.45 pesos en el caso de la gasolina regular, 5.45 pesos en la premium y 7.09 pesos para el diésel.
Gasolineras operan con márgenes cada vez más estrechos
La decisión encendió las alertas entre empresarios del sector. “Hasta esta semana seguimos todavía bien, sin variaciones abruptas; pero si lo hubiera, podría generar una presión sobre los márgenes de operación de la cadena y en especial en el margen gasolinero”, dijo Roberto Díaz de León, expresidente de Onexpo Nacional.
“Si el precio internacional del petróleo aumenta, los precios de los refinados también registrarían incrementos, pero eso todavía no lo hemos percibido”, agregó. Aun así, reconoció que el riesgo de una ruptura del equilibrio actual ya es motivo de análisis dentro del sector.
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