Por Oscar Díaz Salazar
Escribo estas notas el martes 29 de marzo a las 15:00 horas, después de la ceremonia que, por la mañana, a las diez horas, se llevó a cabo en el monumento a Rigo Tovar, ubicado en la avenida Rigo Tovar y la calle Primero de mayo de la ciudad de Matamoros, Tamaulipas. Pero trabajo estas líneas antes de las seis de la tarde, horario señalado para el inicio del festival musical denominado “Rigo es amor 2022”, que el gobierno municipal de Matamoros, organiza para homenajear al cantante popular y deleitar a los matamorenses.
Aprovecho la oportunidad para compartirles mi opinión de que también en el ámbito de la cultura, los pueblos que formamos parte del Estado de Tamaulipas, nos mantenemos divididos, ajenos, poco solidarios e incluso ignorantes de lo que les ocurre a los tamaulipecos de otras regiones y municipios.
O tal vez sea precisamente el tema de la cultura No compartida, el origen y la causa de la división que observamos en muchos otros aspectos, entre los habitantes del sur respecto al norte, de la huasteca frente a la región fronteriza, del semidesierto a la región centro, de las ciudades grandes y medias respecto a los municipios menos poblados, de las zonas urbanas y las rurales.
Para compartirles solo un dato, una anécdota que nos recuerda la condición de ídolo popular del cantante que conquistó al pueblo con sus canciones y con la música del conjunto “Costa Azul”, les platico, o les recuerdo a los que conocen la historia, que solo dos personajes han logrado “llenar” el lecho del rio Santa Catarina, que atraviesa la zona metropolitana de Monterrey, y esos fueron el Papa Juan Pablo II y el Maestro Rigo Tovar.
Tengo la impresión de que los burócratas del gobierno del Estado a quienes han confiado el tema de la cultura, no han sabido, o no han querido, o no han valorado a personajes de la cultura popular, como es el caso del ídolo que le cantó a su Matamoros querido.
En varios de los titulares del Instituto Tamaulipeco de la Cultura y las Artes, antes ITCA por sus siglas y ahora simplemente Cultura Tam, confunden y limitan lo tamaulipeco, a lo que ocurre en la capital del Estado y su acotada área de influencia. Si no es de Victoria el artista, o si no reside en la capital o produce ahí, simplemente no existe. En el caso de los panistas las cosas han sido pior, – que es mas malo, que peor- pues uno se dedicó a promover su trabajo de ilustrador de Walt Disney y la otra a invadir de imágenes religiosas los recintos construidos o habilitados para la difusión de las artes.
Regreso con el matamorense que nos regalo esa frase de harto amor propio y (falta de) humildad que dice: “perdóname mi amor, por ser tan guapo”, para decirles que me parece muy bien que el gobierno de Matamoros, presidido por el Maestro Mario López, mantenga viva la memoria y rinda el justo y merecido homenaje a uno de los hijos mas distinguidos que ha dado esa tierra. Y lo digo con toda sinceridad, pues me parece que la música es una de las creaciones humanas mas valiosas, que no desmerece frente a las aportaciones de otros artistas, políticos, hombres de empresa o de letras.
Concluyo con el comentario de este día, dedicado al Maestro Rigo Tovar, compartiéndoles mi opinión de que los funcionarios municipales y estatales encargados del impulso a la cultura y las artes, deberían difundir la obra de este tamaulipeco, y de otros como Cuco Sánchez, Cornelio Reyna, Ramón Ayala, además de la vida y obra de tantos artistas dedicados a otras expresiones.
El día que consideremos nuestro el legado de los artistas, héroes, lideres y ciudadanos ejemplares de todo el Estado, y no limitemos el reconocimiento a quienes son de nuestro municipio, entenderemos que es motivo de orgullo haber nacido y/o vivir en Tamaulipas.
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