5 de diciembre de 2024

AL VUELO/ Por Pegaso

(3-Abril-2023)

Heroe

Después que Tinieblas luchaba contra los malos y resolvía un crimen, Capulina se despertaba de su desmayo y todos creían que él era el que lo había hecho. Terminaba con su característica risa y la frase: “Ero un heroe”, así, sin acento en la primera e.

Capulina es uno de tantos personajes de la literatura popular mexicana.

Quién no recuerda a otros muchos, como Chanoc, Fantomas, Balam,  Arandú, Tawa, Batú, Águila Solitaria, Turok, El Santo, Orión, El Payo, El Chapulín Colorado, El Pantera y por supuesto, el más grande de todos: Kalimán.

Los héroes mexicanos de historietas tienen algo en común: No poseen superpoderes.

Incluso Kalimán no goza de la capacidad de volar, no tiene super velocidad; es fuerte por ejercitarse en muchas disciplinas, pero no tiene visión de rayos X ni es inmune a las balas.

Sus habilidades las consiguió con el estudio y la meditación.

No hay comparación con superhéroes de otros universos, como el de Marvel o DC.

Supermán, por ejemplo, viene del planeta Kriptón que fue destruido por su estrella. Al llegar a La Tierra, adquirió superpoderes a consecuencia de la luz amarilla de nuestro sol. Pero nada más con que le acerquen un pedazo de kriptonita y se vuelve más inofensivo que un niño de pecho.

Batman, que en realidad es Bruno Díaz y es más ricachón que Elon Musk, tiene acceso a tecnología avanzada que le permite ganarle incluso al mismísimo Supermán.

La Mujer Maravilla es hija de un dios, a Flash le cayó un rayo, Thor también es un júnior de su papi Odín, a Peter Parker le picó una araña mutante y lo convirtió en el Hombre Ídem; Hulk recibió una dosis altísima de radiación gamma combinada con un suero experimental, algo parecido a lo que pasó con el Dr. Manhattan, de los Minutemen. A Wolverine le sustituyeron los huesos con adamantium, el metal más fuerte del universo, según la mitología de Marvel, y un proceso similar tuvo que pasar Deadpool, después que murió y tuvo que ser reconstruido. Aquamán puede nadar muy rápido porque es el príncipe de La Atlántida, descendiente de Atlas, mientras que Tony Stark es una historia casi copiada de Bruno Díaz. Claro, el primero es Ironman y el segundo, Batman.

Ya dijimos de dónde vienen las capacidades extraordinarias de Kalimán, entonces, nos falta revisar las del resto de los superhéroes mexicanos para discernir de manera más exacta la diferencia entre los que han sido creados por los gringos y los nuestros.

Chanoc es un pescador de un mítico pueblo de la costa del Golfo de México, que tiene muchas aventuras en el mar y la selva.

Fantomas, conocido como “La Amenaza Elegante”, es un ladrón que le encanta apoderarse de las más importantes y valiosas obras de arte mediante la astucia y el uso de inventos portentosos de su amigo, el Profesor Semo.

Balam es una especie de Tarzán yucateco que tiene aventuras en la selva, y por el mismo corte van Arandú, Tawa y Batú; Águila Solitaria, por otra parte, es un apache rebelde con unas alas de Águila que lo ayudan a volar. Turok, “El Guerrero de Piedra”, junto a su fiel compañero Andar, viven mil y una peripecias en una tierra perdida repleta de terribles dinosaurios. El Santo, como todo mundo sabe, es un famoso luchador que hizo muchas películas y tuvo su revista en la que vivía aventuras al estilo James Bond; Orión es un guerrero nacido en La Atlántida, El Payo, un charro mexicano que era muy bueno con la pistola para defender el amor de su chorriada.

¿Y El Chapulín Colorado? Es un personaje chaparro, feo y torpe que, sin embargo, sí que posee algunas dotes que se pudieran llamar superpoderes, como la teletransportación y la Chicharra Paralizadora. También tiene pastillas de Chiquitolina y puede detectar la presencia del enemigo con sus antenitas de vinil.

El Pantera es una chucha cuerera. Es un detective de la capirucha y aprendió karate en la cárcel con un maestro chino.

En síntesis, comparando los superhéroes norteamericanos con los mexicanos, que funcionan como el alter ego de cada pueblo, podría decirse sin lugar a equivocación que cada nación como conjunto tiene los héroes que merece.

Terminado este recuento de héroes y superhéroes, los dejo con el refrán estilo Pegaso: “¿Apetecen una ración extra o les proceso un embrión de ave gallinácea? (¿Quieren más o les guiso un huevo?