19 de mayo de 2025

OPTICA POLITICA/ Por Aliber López

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  • “Se conspira contra el gobierno de México”
  • “La Revolución Mexicana no acabó con la corrupción ni las rémoras”
  • “Desmantelar el neoliberalismo, tarea pesada”

Con la afirmación de la Embajada de EUA en México de que sí financian a algunas organizaciones opositoras al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en una de las cuales está
Claudio X González, vocero de la Coalición del PRI, PAN y PRD, quien según articulo salido en la Jornada donde se reporta que recibió 3 millones de dólares directos y otros 3 en coinversión desde el 2021 hasta este año; reconocimiento sin duda que permitirá fortalecer la petición de López Obrador al Presidente de Estados Unidos de América, Joe Biden, de que no permita esos apoyos a organismos contrarios al gobierno legítimo de México.

Con dinero extranjero, diversos grupos conspiran contra el actual gobierno, como una de tantas acciones contrarias a que en México se continue avanzando en las políticas de apoyo en la solución de problemas de salud, educación, cultura, problemas agropecuarios, de cuidado del medio ambiente de la industria y de las comunicaciones.

Si se reflexionara un poco en la historia reciente de la vida del país, nos daríamos cuenta que si bien, la Revolución Mexicana no acabó con todos los vicios del porfirismo, si llevó a cabo algunas acciones justicieras en política agraria, en educación, en lo referente al desarrollo de una economía nacional, y de un país soberano que sentó sus bases a plenitud, luego de la nacionalización del petróleo, de los ferrocarriles y de la industria eléctrica.
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Sin que desapareciera por completo la corrupción y se estableciera plenamente la democracia, pudimos transitar por un tiempo por un desarrollo equilibrado del país.

Pero como la corrupción fue un fenómeno que se fue desarrollando, se llegó un momento en que los estudiosos del monetarismo, los masters llamados “Chicagosboy”, discípulos de Milton Freedman, el defensor del libre mercado y oponente del Keynesianismo, fenómeno financiero que ponderó que, mediante el aumento del circulante en los hogares, mediante el mejoramiento de los salarios se podría reactivar la economía de un país, es decir los monetaristas, tomaron el poder en nuestro país. Si bien llegaron a México de Chile y de EUA a principios de los años “70s” se adueñaron del poder al llegar Carlos Salinas de Gortari, a la Presidencia de la República.

Miguel de la Madrid Hurtado quien, con la bandera de la renovación moral, empezó a privatizar la banca que se había nacionalizado en 1982 por José López Portillo, abrió las puertas a Salinas de Gortari quien continuó privatizando los bancos, privatizó “Teléfonos de México”, los ejidos, diversas empresas siderúrgicas y mineras. Zedillo seguiría con los Ferrocarriles y el famoso rescate de los banqueros con el FOBAPROA (Fondo Bancario de Protección al Ahorro) que todavía pagamos todos los mexicanos, Vicente Fox con los ingenios azucareros privatizados, quebrados, vueltos a rescatar y vueltos a privatizar; Felipe Calderón con la privatización de Luz y Fuerza del Centro, sus intentos fallidos de privatizar PEMEX y finalmente Enrique Peña Nieto, del PRI, quien durante su mandato logró integrar al PAN y al PRI al proyecto de los cambios estructurales que privatizarían PEMEX y CFE, las joyas de la corona después de reformas educativa, de salud y laboral acordes a las demandas de los principales grupos del poder empresarial nacionales y extranjeros.

Contra todas estas reformas neoliberales se transita en este sexenio lopezobradorista; difícil luchar contra todas las rémoras. Se ha logrado
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mucho y se puede avanzar mucho mejor con un relevo presidencial que siga por el mismo camino. Presumimos que mucha gente entiende que es lo fundamental, en los tiempos electorales que se vienen. Será difícil lograr la “mayoría calificada” en la siguiente legislatura federal, pero no imposible; solo son necesarios 333 diputados federales en la Cámara de Diputados y 85 de los 128 de la Cámara de Senadores. Desde luego que se requiere también, mucha responsabilidad y profesionalismo en los que tendrán que definirse las mejores candidaturas.