¡Basta de Diputados ‘Mantenidos’!: La Trampa de Quitar a los Plurinominales
(3-Octubre-2025).- Hay una bronca que nos revienta a todos: ver a un montón de diputados «mantenidos» que no elegimos, que no conocen nuestros barrios y que están ahí sentados cobrando un dineral. Son los famosos plurinominales, puestos a dedo por los partidos, sin haber ganado un solo voto en la calle.
La gente lo dice claro: ¿por qué pagarle a tanto «parásito» si ese dinero podría ir a medicinas, a escuelas o a arreglar los baches? Y peor aún, si un solo partido ya tiene la mayoría absoluta, ¿para qué queremos más gente de adorno? La lógica popular es aplastante y justa.
El Cuento de Quitar a los «Mantenidos»
Ahora, el partido en el poder dice: «Vamos a acabar con los plurinominales para ahorrar y para que solo estén los que sí ganan en las urnas.» Suena bonito, ¿verdad? Es el anzuelo perfecto.
Pero aquí es donde debemos parar la carreta y pensar un poco. El exconsejero Ciro Murayama lo advierte: quitar a los plurinominales no es sanear; es asfixiar la democracia.
Mire usted, el sistema se inventó para que las minorías también tuvieran voz. Si un partido opositor obtiene, digamos, el 30% de los votos en todo el país, pero pierde todos los distritos, ¿qué pasa? Con solo diputados de mayoría, ese 30% del pueblo se queda sin nadie que lo defienda en el Congreso.
Si el partido que hoy tiene la fuerza quitara a los plurinominales, pasaría lo que ya nos adelantó Murayama: conseguirían una supermayoría artificial que no se ganaron en las urnas. Podrían tener el 90% de los asientos con apenas la mitad de los votos.
Eso no es democracia; es darle el control total al jefe para que haga y deshaga sin que nadie le pueda decir nada.
Anaya y la Oposición: La Paradoja
Mientras tanto, vemos a Ricardo Anaya y a la oposición tratando de motivarnos, diciendo que «aún se puede derrotar a Morena en las elecciones de 2027». Su entusiasmo se basa en que, a pesar de todo, todavía podemos votar.
Pero aquí está la cruel paradoja: para poder derrotar al oficialismo, necesitan que el sistema que les da voz y defensa siga existiendo. Si quitan a los plurinominales, la oposición se queda muda y sin fuerza real para competir. Sería como pedirle a un boxeador que gane con un brazo atado.
La Verdadera Trampa
La indignación popular es justa: no queremos mantener a gente que no trabaja ni representa a nadie. Pero la solución no es dinamitar la única herramienta que protege a la minoría.
El verdadero problema es doble:
Corrupción y Traición: La gente ya está harta de que los políticos se vendan, cambien de partido por dinero y solo busquen llenarse los bolsillos. Por eso los jóvenes, a quienes muchos creen «incultos», dejan de votar, porque ven que el sistema no cambia.
Abuso de Poder: El oficialismo usa la excusa del ahorro para eliminar al que le estorba. Quitar al plurinominal no es por el bien del pueblo; es para asegurarse de que nadie les estorbe al gobernar.
No necesitamos menos democracia; necesitamos diputados que sí trabajen y que sean transparentes. La solución no es eliminar al «pluri», es reformar para que usted, el ciudadano, elija al pluri por nombre y apellido, en lugar de que lo ponga el líder del partido.
Entre tener que pagarle a un flojo o quedarnos completamente mudos ante el poder absoluto, el camino es exigir una mejor representación, no renunciar a la poca que nos queda.
SUGERENCIAS Y COMENTARIOS arabelagarcia01@hotmail.com
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