AL VUELO/ Torres

Y no es para menos. La versión oficial indica que un grupo de terroristas pro islámicos se coordinaron a la perfección para hacer estrellar tres aviones, dos contra los rascacielos neoyorkinos y uno más contra el Pentágono.

La operación se realizó de manera milimétrica y tuvo que haber sido estudiada, ensayada y hasta coreografiada.

Pues bien, los rusos ya amagaron con decir toda la verdad: Fotos satelitales, grabaciones, testimonios y otros documentos relacionados con ese evento.

Hay dos grandes grupos de teorías de conspiración sobre este tema:

1.- El Gobierno de Estados Unidos tenía conocimiento previo de los ataques y deliberadamente no hizo nada por impedirlos. Se admite la existencia de secuestradores islámicos y no cuestiona la causa del derrumbe de las Torres Gemelas. El nombre de esta teoría es LIHOP (Let It Happen of Purpose, dejar que ocurra a propósito).

2.- Que fue el propio Gobierno de Estados Unidos el que orquestó y perpetró los ataques en una operación de bandera falsa, es decir, una operación encubierta para hacerla aparecer que fue obra de otras entidades o personas. De acuerdo con estas teorías, la demolición del World Trade Center fue una demolición controlada o trabajo interno, el cual recibe el nombre de MIHOP (Made it Happen on Purpose, hecho a propósito).

De estas dos grandes vertientes se derivan al menos una docena de teorías diferentes. Entonces, ¿qué es lo que quiere mostrarnos Putín que pondría a temblar a Gringolandia si su Presidente, El Trompas no se aplaca?

Difícil saberlo por el momento, pero como ya ha ocurrido en otros pasajes de la Historia Humana, podría representar el inicio de la caída de un imperio y el inicio de un nuevo Orden Mundial.

Mientras que eso se cocina en Moscú, en Beijing las cosas avanzan de manera acelerada. China está impulsando un nuevo sistema monetario internacional a base del Yuán digital o moneda virtual que sustituirá al dólar en las operaciones de intercambio comercial entre países.

Se vienen cambios muy importantes. En columnas anteriores, no solo de este año sino desde la primera vez que asumió el poder el orate milloneta del chuchuluco, ya habíamos anticipado que su locura llevaría al resto del mundo al borde del colapso y hasta ahora, como que se va cumpliendo.

¿Y qué es lo que pasa cuando el barco está a punto de hundirse? ¡Claro! ¡Las ratas empiezan a saltar al agua!

Por esa misma razón cada vez es más frecuente ver en noticieros internacionales que magnates como Elon Musk, Jeff Bezos o Mark Zuckerberg están pensando en subirse a una nave espacial e irse a Marte a pasar unas vacaciones, porque a La Tierra ya se la va a cargar el payaso.

No quiero caer en la misma paranoia de los conspiranoicos, esos tipos que creen en los OVNIS, en la tierra plana y en todo lo que dice Jaime Maussán.

Sin embargo, los cambios que estamos viendo en la geopolítica mundial nos hacen suponer que las mafias del pod…, perdón, los poderes fácticos que controlan la economía a nivel planetario están preparando algo muy gordo y tenebroso.

Por lo pronto, todo son especulaciones. Debemos estar en positivo y suponer que los líderes de las potencias solo están jugando a un entretenido juego de “manitas calientes”.

Y el refrán estilo Pegaso dice así: “En ocasión que el afluente produce estruendo significa que conduce líquido acuoso”. (Cuando el río suena es que agua lleva).