(18-Junio-2025)
Investigación Especial
Por Alberto González Káram
• Economía de guerra estrategia de Estados Unidos para contrarrestar la actual desaceleración económica y evitar una recesión al cierre del mes de junio del 2025
• Gasto militar de 850 mil millones de dólares para armamento, Ejército, Fuerza Aérea y Espacial, y sistema de armas equivale al 3.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos en 2025
La economía de guerra como estrategia de Estados Unidos para contrarrestar la actual desaceleración económica y evitar una recesión al cierre del mes de junio del 2025, lo cual implica un enfoque donde el gasto público, especialmente en la industria militar y sectores relacionados, se utiliza para estimular la economía estadounidense.
El contexto económico actual, basándome en información disponible y tendencias recientes, con un enfoque crítico donde la economía de Estados Unidos enfrenta una desaceleración, inflación alta y caída de la confianza del consumidor, aumentando el riesgo de recesión, con una probabilidad estimada del 40 por ciento según Moody’s.
Estados Unidos enfrenta una desaceleración económica significativa en 2025, influida por políticas comerciales erráticas, incertidumbre arancelaria y creciente crisis fiscal.
Los reportes del Producto Interno Bruto (PIB) en los Estados Unidos se contrajo un -0.1 por ciento en el primer trimestre de 2025 a una tasa trimestral negativa anualizada de -0.3 por ciento, marcando el peor desempeño desde 2022, atribuido en gran parte a la guerra verbal, guerra arancelaria y guerra comercial impulsada por la administración Trump, que ha generado desconfianza entre consumidores y empresas.
La confianza del consumidor ha caído, el gasto se ha desacelerado de 4 a 1.8 por ciento trimestral, y la inflación ha repuntado, con proyecciones del Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) que podría alcanzar el 3.7 por ciento en 2025, complicando las decisiones del Fondo de Reserva Federal (FED).
Históricamente, una economía de guerra implica un aumento masivo del gasto público en defensa, producción de armamento, y sectores estratégicos, lo que genera empleo, estimula la demanda agregada, y moviliza recursos industriales.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el gasto militar de Estados Unidos sacó al país de la Gran Depresión al reducir el desempleo y aumentar la producción industrial.
En 2025, la administración de Trump aplica un enfoque similar, especialmente dado el papel de la industria armamentista estadounidense en conflictos globales como Ucrania e Israel.
Las evidencias a favor de esta estrategia de economía de guerra se centran en el aumento del gasto militar, particularmente en la industria armamentista estadounidense que se convierte en motor económico clave.
Los conflictos bélicos de Ucrania e Israel han sido el gran negocio de la industria armamentista estadounidense, que genera ingresos significativos y empleos en Estados Unidos, producto del incremento en la producción de armas y tecnología militar que estimulan a sectores como la manufactura, tecnología y logística, contrarrestando la desaceleración en el consumo e inversión privada
La inversión empresarial anticipada se demuestra y comprueba con los datos del primer trimestre de 2025, donde muestran que las empresas aumentaron su inversión en un 9.8 por ciento frente a -3.0 por ciento en el trimestre anterior, al anticiparse a los costos de aranceles y alzas de precios, con un enfoque de economía de guerra que canalizan esta inversión hacia sectores estratégicos, como la producción de equipo militar o infraestructura crítica.
Las limitaciones a la estrategia de economía de guerra son la aplicación de aranceles y el aumento del gasto público que aceleran la inflación con proyecciones de 3.7 por ciento, lo cual dificultará el objetivo del Fondo de Reserva Federal (FED) de mantener la inflación en 2 por ciento y posiblemente obligándola a retrasar recortes de tasas de interés, lo que frenaría el crecimiento económico
La crisis fiscal que mantiene elevado el déficit fiscal de Estados Unidos con proyecciones de deuda sobre Producto Interno Bruto (PIB) superior al 200 por ciento para 2055 si se mantienen políticas expansivas, implicaría financiar una economía de guerra que requeriría más endeudamiento o recortes en otros sectores, lo que podría generar inestabilidad financiera.
Las consecuencias globales y ambientales de una economía de guerra podrían aliviar la recesión económica a corto plazo, aunque sus consecuencias son graves para el desarrollo global y el medio ambiente, debido al aumento de conflictos y la explotación de recursos.
La presión de reducción de tasas de interés como estrategia de economía de guerra ha complicado las decisiones del Fondo de la Reserva Federal (FED), que mantuvo los tipos de interés entre 4.25 y 4.50 por ciento en mayo de 2025.
Los analistas económicos de JP Morgan Chase prevén una caída del Producto Interno Bruto (PIB) en el segundo semestre de 2025 debido al impacto de los aranceles.
La magnitud y tendencias del gasto militar de Estados Unidos ha experimentado un aumento significativo. El gasto militar de 850 mil millones de dólares, con 310 mil millones de dólares destinados para armamento, 185 mil 800 millones de dólares para el Ejército, 386 mil 300 millones de dólares para la Fuerza Aérea y Espacial, así como 32 mil 100 millones de dólares en sistema de armas, cuyo gasto equivale al 3.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), evidenciando un enfoque sostenido en la defensa.
El impacto potencial del creciente gasto militar en la economía de Estados Unidos coincide con un déficit fiscal proyectado de 3.5 billones de dólares en 2025, lo que podría limitar su efectividad como estímulo económico y en ningún momento evitará la inminente recesión económica estadounidense.
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