🕊️ El diálogo ha muerto… y con él, millones de inocentes
Gobiernos que se matan, pueblos que sangran
(17-Junio-2025).- En tiempos donde las palabras deberían salvar vidas, los gobiernos eligen las armas. La violencia política ha escalado a niveles preocupantes en los últimos años, y no sólo entre Estados: también dentro de ellos. En lugar de construir puentes, los líderes levantan muros, criminalizan el disenso y utilizan el poder para excluir, no para gobernar. ¿Qué nos llevó hasta aquí?
🌍 Un mundo en crisis… y sin voz común
El mundo arde y nadie escucha
Desde Ucrania hasta Gaza, desde Haití hasta Myanmar, la política ha dejado de ser un medio de conciliación para convertirse en una trinchera. La lógica del diálogo ha sido reemplazada por la lógica del enemigo. Disentir ya no es democrático: es una traición.
Los organismos internacionales, otrora garantes de paz y derechos, hoy parecen paralizados. Naciones Unidas emite comunicados, pero no contiene conflictos. Las grandes potencias prefieren alimentar guerras por influencia que invertir en soluciones reales.
🔥 Polarización: el combustible de la violencia
Lo que antes se resolvía en el congreso, hoy se “resuelve” en la calle, en los tribunales o incluso en la cárcel. La polarización política no solo ha fracturado a las sociedades; ha creado condiciones perfectas para justificar el autoritarismo.
- O estás conmigo, o estás contra mí.
- El adversario es enemigo.
- El periodismo crítico es un ataque.
- Las protestas son amenazas a la seguridad nacional.
Este discurso binario legitima la violencia institucional y social, fomenta la represión y erosiona los valores democráticos.
📉 La otra violencia: la del abandono
Cuando la política se vuelve guerra, la paz es un crimen»
La violencia no siempre grita: a veces es silencio. Es un niño sin escuela, una familia sin médico, un pueblo sin agua. Gobiernos que prometen mucho pero fallan en lo esencial. Las muertes que no salen en los noticieros: las de la desnutrición, el crimen organizado, las enfermedades prevenibles.
La falta de diálogo no sólo genera guerras abiertas. También deja sin atención a millones que mueren lentamente, víctimas de sistemas rotos.
🧭 ¿Hay salida? Sí, pero no es rápida ni cómoda: requiere volver al diálogo real. A ese donde escuchar no es una debilidad y negociar no es traicionar. Requiere valentía política, pero también madurez ciudadana. Requiere medios responsables, líderes con visión y sociedades dispuestas a convivir con quienes piensan distinto.
✍️ ReflexióN
La violencia política de hoy es, en el fondo, el síntoma de un fracaso más profundo: el del entendimiento mutuo. Si no recuperamos el valor del diálogo —como instrumento de poder, como base de la política y como pilar de la convivencia—, entonces no solo seguiremos viendo gobiernos matándose entre sí, sino generaciones creciendo con la certeza de que odiar es más fácil que acordar.
Y cuando el diálogo muere, todos los demás derechos lo siguen.
¿Qué opinas tú? ¿Estamos a tiempo de rescatar el poder del diálogo o ya es demasiado tarde?
Déjanos tu comentario abajo y comparte este artículo si crees que vale la pena reflexionar en voz alta.
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