#DESDELAFRONTERA/ POR PEDRO NATIVIDAD  

Transparencia que Transforma 

(13-Junio-2025).- En lo que va del año, diversas alarmas se han encendido en Tamaulipas. Municipios enteros han sido puestos bajo la lupa de las auditorías por irregularidades y presunto mal manejo de los recursos públicos. El ojo crítico de los entes fiscalizadores ha detectado inconsistencias que ponen en entredicho el compromiso de varios presidentes municipales con la rendición de cuentas. Sin embargo, un caso sobresale por su claridad y disciplina administrativa: Nuevo Laredo. 

Este municipio fronterizo no solo ha salido bien librado, sino que se ha consolidado como ejemplo de buen gobierno. Mientras otros se ven obligados a explicar observaciones, reintegros y sanciones, Nuevo Laredo no ha tenido ni una sola observación. La razón es clara: aquí los recursos que llegan para el pueblo, se aplican para el pueblo. 

Con ese mismo espíritu, la presidenta municipal Carmen Lilia Canturosas Villarreal participó activamente en el Ciclo de Conferencias de la Auditoría Superior de la Federación, evento de alto nivel que reunió a figuras clave como el gobernador Américo Villarreal Anaya, el Auditor Superior de la Federación, David Colmenares Páramo, y su homólogo estatal, Francisco Noriega. 

Durante el encuentro, el gobernador Villarreal fue enfático al señalar que la fiscalización es un pilar irrenunciable de cualquier gobierno democrático moderno. Y en ese tenor, Carmen Lilia reafirmó el compromiso de su administración con la legalidad, la eficiencia y la transparencia. 

«No hemos tenido observaciones, sanciones ni reintegros a la federación, y eso se refleja en la transformación histórica que vive nuestra ciudad», destacó la alcaldesa. Y no es una declaración vacía: basta con recorrer las calles de Nuevo Laredo para ver el impulso en obra pública, servicios, infraestructura y programas sociales. 

La presidenta municipal también subrayó la necesidad de respetar cada norma, manual, procedimiento y regla de operación, para que los recursos sigan fluyendo y puedan ser aplicados al “siguiente nivel” de desarrollo para la ciudad. Una visión que no solo demuestra responsabilidad, sino también inteligencia política y técnica. 

Nuevo Laredo marca la diferencia. Y lo hace de la mano de una gestión que se alinea con los principios de la administración federal encabezada por Claudia Sheinbaum Pardo, consolidando así una sinergia entre los distintos niveles de gobierno que privilegia el bienestar de la ciudadanía por encima de cualquier otro interés. 

Mientras unos se explican ante las auditorías, en Nuevo Laredo los resultados hablan por sí solos. La transparencia no es solo discurso; es política pública, es estrategia, es convicción. Y sobre todo, es transformación. 

AUN HAY FAMILIAS SIN LUZ EN TAMAULIPAS 

A estas alturas del siglo XXI, uno pensaría que hablar de acceso a servicios básicos como la electricidad sería cosa superada, una batalla ganada. Pero no. En pleno 2025, todavía hay familias en Tamaulipas -más de 8 mil 700 para ser precisos- que viven sin un foco, sin la posibilidad de prender un ventilador en las noches calurosas, o de cargar un celular para comunicarse o trabajar. Es decir, siguen en la oscuridad. Literal y simbólicamente. 

El secretario de Desarrollo Energético de Tamaulipas, Walter Julián Ángel Jiménez, ha anunciado con entusiasmo que para finales de 2026 el estado estará totalmente electrificado. Lo dice como si fuera un logro extraordinario, cuando en realidad debería ser un piso mínimo de dignidad social. Que en pleno 2025 haya que celebrar que por fin se llevará luz a todos los rincones del estado es, por sí mismo, una crítica a décadas de abandono, rezago y políticas públicas que no alcanzaron. 

Según el funcionario, el plan consiste en entregar paneles solares con baterías a estas viviendas sin acceso a electricidad, sin costo para las familias. Se trata de una colaboración entre el gobierno, empresas privadas y dependencias como el DIF y Bienestar. La buena noticia es que el programa está bien estructurado: no habrá que pagar por la instalación ni por los equipos, y se aprovecharán fondos públicos, donaciones empresariales y esquemas de financiamiento social. 

Pero la verdadera reflexión va más allá de lo técnico. ¿Cómo es posible que, en un país que presume su transición energética y su capacidad para exportar electricidad a otros países, aún haya ciudadanos que viven en penumbras? ¿Cómo puede convivir el desarrollo de parques eólicos, termoeléctricas y refinerías con comunidades que siguen encendiendo velas al caer la noche?... ¿Qué no?, NOS LEEMOS.